DESESPERACIÓN

La desesperanza es un estado de desesperación. Es una emoción caracterizada por la falta de pasión, optimismo y esperanza. No hay nada más alentador que tener esperanza. La esperanza nos da la seguridad de mejores días, una mejor vida y mejores oportunidades. En la vida, pasamos por momentos muy difíciles. Algunos van y vienen tan rápido, mientras que otros tardan días, meses e incluso años. A veces estos desafíos se prolongan y parecen parte de nosotros. Nos acostumbramos a la situación olvidando que están destinados a desaparecer. La Biblia dice que en esta vida pasaremos por pruebas, pero Jesús nos anima a tener ánimo porque Él ha vencido al mundo. Estamos seguros de que la vida no va a ser un paseo por el parque. Pasaremos por momentos difíciles de vez en cuando, pero ese no es el final, hay esperanza de que lo superaremos.

La desesperanza se cuela cuando no tienes ninguna seguridad de superar las tormentas. Cuando perdemos la esperanza de días mejores y nos enfocamos en la situación actual, los pensamientos negativos se asientan en nuestra mente. Poco a poco la ansiedad y la depresión comienzan a instalarse. Buscamos formas de superar el dolor, evitando a las personas. Otros tratan de adormecer el dolor con medicamentos y otros analgésicos temporales, solo para descubrir que las tormentas aún los observan.

La desesperanza es la principal causa de suicidio. Las personas sienten que no pueden pasar otro día en esa condición y simplemente deciden terminar con sus vidas porque no tienen ninguna esperanza de que las cosas mejoren. Sin esperanza, nos conformamos con menos en la vida. Entramos en los tratos equivocados y entramos en malas relaciones. La desesperanza afecta también a nuestro duelo. La palabra de Dios dice que no debemos entristecernos como los que no tienen esperanza. Porque tenemos la esperanza de reunirnos con nuestros seres queridos en la eternidad.

La fe es la seguridad de las cosas que se esperan y la certeza de las cosas que no se ven. La fe y la esperanza van juntas. Debemos tener fe en días mejores y tener esperanza de que toda tormenta pasará. Jesucristo en nosotros es la esperanza de gloria. Con Cristo, tenemos esperanza de vida eterna. Estamos seguros de que nuestro sufrimiento es solo momentáneo y está logrando para nosotros una gloria inconmensurable que durará para siempre.

Finalmente, recuerda que nada toma a Dios por sorpresa. Él nos permite pasar por pruebas y desafíos con un propósito. Él promete que todo obrará para nuestro bien de acuerdo con Su propósito porque amamos a Dios. Debemos aprender de cada desafío y permitir que nos haga mejores. Recuerda siempre que al igual que las nubes pasajeras, esto también pasará. Nada es permanente excepto Dios, Su palabra y Sus promesas. Fija tus ojos en Dios y nunca pierdas la esperanza. Anímate con la palabra de Dios. Aférrate a Sus promesas. Mírate al espejo todos los días y recuerda que “ESTO TAMBIÉN PASARÁ”.

Alice Nyambura
autor

A vessel of honor, who speaks words of encouragement, inspiration, and hearing from the very mouth of the Father.

1 comentario en “HOPELESSNESS”

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